





Tzu es el primer nombre que se le da a la porcelana en China, su lugar de origen. Su uso se ha destinado principalmente para la fabricación de utensilios y piezas decorativas. La historia ha revisado estos objetos desde la cultura material que, si bien les entrega una finalidad contemplativa, también le resta densidad de valores artísticos propios al material. Más aún, el relato artístico ha relevado el valor de la cerámica a las mal llamadas artes menores, excluyendo así estas prácticas artísticas de los supuestos y parámetros que definen la experiencia artística, cualidad propia del arte hegemónico.
Tzu nos invita a indagar en la porcelana a partir de una mirada contemporánea, en donde la representación de la naturaleza y de objetos industriales nos inducen a entender la traducción y utilización del material a través de su propia reflexión. La obra de Camila y Andrea, usando la repetición de los elementos en relación con la industria, nos hablan del deseo de aparentar ser algo en particular pero que realmente no lo es. Piezas geométricas y orgánicas que hacen referencia a objetos cotidianos donde vemos como todas entre sí son distintas, pero aun así dialogan en conjunto, haciendo referencia a lo grupal e íntimo. Por otro lado, el trabajo de Gaspar y Rosario surge desde un desplazamiento del dibujo y la pintura a la porcelana. En este caso, la porcelana es tanto soporte como parte del lenguaje artístico para invocar a la naturaleza y la figura humana, haciendo visible el material y tensionando la relación entre lo que está representado.
La propuesta visual de estos artistas nos permite replantearnos oficios, clasificaciones y metodologías pues instala desde adentro una crítica a la representación tradicional.
Curatoria y producción Daniela Domínguez y Abigail Valenzuela
2019
Técnica mixta
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180 x 120 cm